Alejandro Lugo
Y como ya es costumbre y bien sabido siguen los atracos y abusos de autoridad por parte de los oficiales de tránsitos, servicio público, policías estatales, policía municipal y hasta marinos al servicio de la seguridad municipal. Estos últimos en cargados de la seguridad nada tendrían que hacer montando operativos nocturnos, sin embargo montan su circo todo ilegal y extorsionan a diestra y siniestra y esto a la vista de todos sin que nadie pueda hacer algo, en el día tránsito hace de las suyas y de noche sin fundamento legal es la policía quien a decir de algunos hasta poseen alcoholímetros portátiles para en el acto aplicarlos y explicarles cuanto le saldría si los presentan con la autoridad.
Se dice en el mundo de los que todo se enteran que a partir del fin de semana que pasó se instalarían operativos de alcoholemia, y que en las calles los oficiales de tránsito acompañados de grúas para intervenir vehículos de cualquiera de sus modalidades para pedir papeles, verificación, placas, lo que sea que pueda no hacer ver tan feo que sean remolcados al corralón oficial con el fin de comenzar a incrementar tu cuenta. Evidentemente estos trabajan con la venía de las autoridades estatales y la municipal en este caso Carmen Medel, de la misma manera que Ponciano Vázquez Parissi no se escapa, Cosoleacaque también es tierra de nadie al igual que Coatzacoalcos con Amado Cruz Malpica y así en general casi todo el estado ¿Apoco no saben que éstas ratas andan en función?
Mientras, no acaben con esta corrupción ni el corredor transístmico, ni el tren maya, ni el tren interoceánico, ni lo que sea que hagan en la zona del sur de Veracruz funcionará ya que estas ratas se llevan toda la posibilidad de desarrollo que se pueda tener, cuando no es alcoholemia, es algo que le encuentren a tu vehículo o cobro de piso oficial a proveedores locales. ¿Verdad alcaldes?
Pues al parecer seguiremos quejándonos ya que hasta parece que creen que somos tontos, siempre en el cierre de año de la administración comienza la recaudación para irse con las maletas llenas.
Pablo Jair
